Armando, carnal, Cucurrucucú, vaya hasta donde estés este pequeño homenaje por los momentos que charlamos y por la música que nos dejaste… Neta que eras bien Naco, pero eso sí, muy chido…
Esto lo escribió el lunes por la madrugada el rockero y músico parteaguas de la música de rock en México, Armando Vega-Gil, bajista de Botellita de Jerez antes de suicidarse.
Una denuncia, anónima por cierto, publicada en el grupo #MetooMusicosMexicanos, describía que Armando había acosado sexualmente a una chica (la denunciante) cuando contaba con 13 años de edad; es decir, este hecho sucedió hace 10 años… Sin palabras.
Para escribir si fue culpable o no, o para saber si esta mujer dice la verdad, es muy complicado, nadie puede o podrá saberlo si nunca existió una denuncia oficial de por medio, así tal y como se dieron las cosas solamente quedó como en un rumor un ’me pasó esto’, repito, nada oficial.
A partir de la muerte de Armando las autoridades son las que se harán cargo.
Yo, abordaré un poco acerca de cómo conocí a Armando, las veces que platiqué con él y de la influencia que tuvo el rock mexicano con Botellita de Jerez.
Fue en en 1983, cuando Botellita de Jerez irrumpió en la escena del rock mexicano, tres carnales, Armando Vega-Gil (El Cucurrucucú), Francisco Barrios (El Mastuerzo) y Sergio Arau, crearon en verdad un concepto muy novedoso, el de cantar muy a la manera del mexicano tomando también escenas típicas y dichos también. Guardando un poco las proporciones pertinentes Botellita de Jerez era ’los Chava de Flores del rock’.
Tuve la oportunidad de asistir a muchas presentaciones en vivo de la banda, asimismo acudí a las citas que programaban con la prensa cuando lanzaban algún disco... Fue una época que difícilmente se pueda repetir, el rock tenía otra faceta a la actual, era más neta, más nuestra y Los Botellos eran los ’papas fritas’.
A continuación mencionaré algunos extractos de entrevistas que sostuve con El Cucurrucucú
’Fíjate que en un principio los puristas nos pegaron duro, ¡con un tubo! Quizás porque nunca habían escuchado algo así, pero a El Mastuerzo, serio y a mí nos pareció chido aventurarnos a esta pinche ondita medio macabrona. Al final creo que no la cajeteamos...’
’O Dennis, es una rola que me encanta, quizás porque cuando estamos chavos o medio borrachos cantamos las rolas en inglés así con el clásico ‘guasha-guasha’, así que es como una especie de homenaje a estos honorables cantantes, sólo que se nos ocurrió en lugar de guashawear, mejor decir los nombres de empresas gabachas como Woolworth, Dennys, Milky Way, General Electric, al ritmo de un sabroso rockcito…’
’Nos burlamos, pero al mismo tiempo respetamos de una parte de la idiosincrasia del mexicano. El poner por ejemplo una cabeza de muñeca en la palanca de velocidades, o un frasco de cristal violeta de Nívea en un foco para que cuando aprietes los frenos se encienda, los zapatitos del bebé en el retrovisor y el famoso peluche que le ponen al tablero o a la parte de atrás de los autos, ése de colores chillantes. Sí es naco pero… ¿A poco no todo lo Naco es Chido…?
’¿El albur? ¡Es parte del mexicano también! Quien no se haya albureado a su jefe, carnal, amigo o patrón ¡Pos no es mexicano cabrón! Es parte del diccionario popular, tanto del barrio como de los de alto octanaje…’
’Me late que se apoye el rock mexicano, pero no sólo hay rock, hay letras, puestas en escena, radio. Tenemos un país muy chingón con un mosaico de cultura que ya hasta los gringos lo quisieran. La cultura mexicana no tiene madre…’