La asamblea

Un poquito más de 40 minutos fue su duración. Frente a setenta y dos de los ochenta y dos socios que somos, el presidente del Club Primera Plana presentó un informe a la asamblea, de los últimos 365 días de su gestión. No hubo interrupción alguna. Los seis puntos de la orden del día, se aprobaron por unanimidad. Tres oradores: el secretario general que leyó el acta de la asamblea anterior. La tesorera que transmitió un resultado positivo y el titular de la asociación civil con hechos concretos. Realizaciones, no promesas.
Las palmas y la aprobación unánime, casi por aclamación, fue en respuesta a los resultados. No hubo exageración alguna. Se consolidó un adeudo heredado, muchos miles. Nuestra hacienda no como otras, tiene solidez financiera y reservas más que probadas. Algo que no sucedía luego de dos administraciones fallidas. Pero la noche quedó atrás. Hoy, el día volvió con sol pleno. Confirmó que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo. Que lo consolida.
Fue una demostración de unidad en torno a sus autoridades. Desde el comienzo, a las 12.15 horas, cuando se instaló el quórum, hasta unos minutos antes de las 13. Algo insólito. Nadie encontró macula en las palabras de los tres expositores: Raúl Gómez Espinosa, María de las Mercedes Avila Govea y José Luis Uribe Ortega. Ellos, por voluntad de todos los socios continuarán al frente del CPP dos años más. Para sumar cuatro en l917. Inédito, porque no hay reelección.
Se enfrentaron a reporteros, como diría Abraham Mohamed. Escritores, advirtiera Teodoro Rentería Arroyave. Poetas, afirmara Roberto López Moreno. Filósofos, añadiría Mario Andrés Campa Landeros, pero todos periodistas puntualizarían José Cámara Cámara y Arturo Alvarez del Castillo. Todos, unos jóvenes y menos los más, aún siguen en el ejercicio de la profesión. De pensamiento y acción profunda, inmersos en la libertad de expresión e ideas, rubricó Hilda Luisa Valdemar y Lima. Hablaron breve, con precisión y datos verídicos, pero sobre todo comprobables.
La confianza y la certidumbre, perdidas en años que no queremos recordar, vuelven a nuestro Club. Honran a los directivos y a quienes les dimos la representación. Y consolidan el honor y el prestigio de quienes servimos con nuestro esfuerzo para mantener el derecho a la información y la libre expresión del acontecer nacional, bueno, malo o pésimo. Lo que transmitimos al pueblo en general a través de prensa escrita, digital, hablada, en internet y televisión. Honramos el artículo sexto de nuestra Carta Magna.
Es obvio que el poder viene de arriba, pero se sostiene con los de abajo. Quién lo duda. Esta es la mejor demostración democrática.
Hombres y mujeres, todos socios, también celebramos este 2015 los cincuenta y seis años de tener una sociedad civil no lucrativa, integrada por periodistas distinguidos en el ejercicio de la profesión. Con amigos nos reuniremos en una comida para celebrarlo y entregar el reconocimiento “Federico Barrera Fuentes”, a quienes sean merecedores. Un estímulo, inclusive post mortem a colegas que dejaron huella en el medio. Y no se olvidan. Los amigos no mueren. Se quedan con uno, diríamos nosotros.
Tendremos fiesta continua todo este año. Veladas literarias. Filarmónicas. Exposiciones. En fin, como lo expresara nuestro presidente, ante la aceptación de sus pares, alegría de los periodistas para ellos y sus simpatizantes.
La asamblea, ordinaria anual esta ocasión, fue breve, pero significativa, allá en Humboldt 5, colonia Tabacalera, frente al templo de San Hipólito, en donde cada día 28 se honra a San Judas Tadeo.
El mensaje de nuestros tres colegas y amigos permitió recordar que “si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, mejor no lo digas”.
El presidente de debates de la asamblea, en punto de las 12.55 horas, la dio por concluida ante el tronar de palmas, como estímulo a su capacidad.
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